Aitor Díaz-Maroto Isidro (*)
Tras su victoria en las pasadas elecciones del 2022, el presidente colombiano, Gustavo Petro, colocó en el centro de su agenda la idea de la “paz total”. Esta consiste en la apertura de mesas de negociación con diferentes actores armados [desde la guerrilla más antigua de América Latina, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), hasta grupos de la delincuencia común] y buscar una salida negociada a las décadas de violencia armada en Colombia. Además, estos procesos tienen dos características más que los convierten en únicos hasta el momento: la construcción sobre lo logrado por el proceso de paz con las FARC-EP; y la concepción de la necesidad de acabar con el conflicto sacando de la violencia al mismo tiempo a todos los actores involucrados[1].
Sin embargo, a pesar de la puesta en marcha de varias de estas mesas de negociación a lo largo de los años con las disidencias de las FARC-EP[2] y otros grupos armados, las conversaciones de paz con el ELN han ocupado la mayoría de los titulares y análisis desde el principio mismo de estas por su complejidad. Los motivos de esto son varios, entre los que podríamos destacar dos que, desde nuestro punto de vista, muestran lo difícil de un acuerdo de paz con esta guerrilla. Tal y como señala el profesor Jerónimo Ríos, el ELN es actualmente mucho más fuerte militar y económicamente hablando que en 2017, año en el que arrancaron las negociaciones con el gobierno de Juan Manuel Santos. Finalmente, este intento de conversaciones con el ELN saltó por los aires tras el atentado contra una escuela de la Policía Nacional en Bogotá el 17 de enero de 2019. Por otra parte, la propia composición descentralizada y no jerárquica del ELN hace casi imposible llegar a un acuerdo total con la guerrilla, hecho que diferencia completamente estos diálogos con los realizados con las FARC-EP, guerrilla con una jerarquía y una cadena de mando mucho más estructurada[3].
El ELN aprovechó los años del gobierno de Iván Duque (2018-2022) para conseguir una posición dominante en regiones como el Catatumbo. Y es en este mismo lugar donde, en las últimas semanas, el intento de negociación de la paz con el ELN por parte del gobierno Petro ha terminado definitivamente por desmoronarse. Debido a los elementos anteriormente señalados (la atomización del ELN que dificultaba una conversación de paz con una dirección sin control sobre todas sus estructuras armadas; y el aumento del poder militar y territorial de la guerrilla), este proceso ha sufrido unos constantes vaivenes. El culmen de esta dinámica llegaría a mediados de enero de 2025, cuando el ELN lanzó una operación masiva en el Catatumbo (región fronteriza con Venezuela y clave en los circuitos del narcotráfico y la minería ilegal) para disputarle el control de la misma al Frente 33 (disidencia de las FARC-EP)[4]. El propio presidente Gustavo Petro pondría fin a las negociaciones con la guerrilla el 17 de enero, buscando con ello reforzar una respuesta militar que frenase la crisis humanitaria que se estaba produciendo en la región[5].
No obstante, ante este panorama, cabe preguntarse: ¿ha fracaso la idea de “paz total” de Gustavo Petro? La respuesta rápida es un sí rotundo. La misma estrategia de apertura de diálogos simultáneos con tal cantidad de grupos armados y tan dispares entre sí ha forzado situaciones de tensión y fracasos continuos. De la misma forma, el hecho de abrir negociaciones con grupos con, al menos sobre el papel, aspiraciones políticas (el ELN o las disidencias de las FARC) y organizaciones criminales al uso también supone un riesgo importante para esta estrategia de cara a conseguir una paz estable y duradera para Colombia. Quizás el elemento más claro de que esta estrategia ha terminado en fracaso ha sido el nombramiento, el pasado 19 de febrero, del general Pedro Sánchez como Ministro de Defensa (es el primer militar en ocupar ese cargo desde 1991). De igual forma, debemos señalar que todos los grandes grupos armados inmersos en estas negociaciones en torno a la “paz total” han reforzado tanto su control de los territorios clave para el narcotráfico como su pie de guerra, mostrando que siguen muy activos y son capaces de poner en jaque una región como el Catatumbo.
En conclusión, no podemos perder de vista un último elemento para considerar si la estrategia de “paz total” ha fracasado o no. A pesar del final de muchas de estas mesas de diálogo con los grupos armados, las negociaciones han servido para mantener a ciertos miembros sentados todavía en la mesa (como ocurre con la Coordinadora Nacional Ejército Bolivariano, disidencia de la Segunda Marquetalia que, a su vez, es una disidencia de las extintas FARC-EP[6]; o la división existente en el Estado Mayor Central[7]). Si podemos señalar un triunfo de la “paz total” del gobierno Petro es este, el conseguir mantener negociando a algunas estructuras armadas. Sin embargo, a nadie escapa que el fracaso generalizado (materializado en la crisis en el Catatumbo) es de tal calibre que ensombrece cualquier pequeño avance que se pueda desarrollar. Es por ello por lo que solamente cabe responder a la pregunta del título con un “si todo sigue como hasta ahora, sí”.
(*) Historiador y miembro del IELAT.
[1] Ríos, Jerónimo (2024): “¿Paz Total? Negociaciones entre el gobierno de Gustavo Petro y el ELN” en Phenomenal World (29/02/2024). Localizado en el siguiente sitio web: https://www.phenomenalworld.org/es/analisis/paz-total/. Última visita realizada el 26 de febrero de 2025.
[2] Para ampliar la información acerca de estos grupos, conviene recurrir al podcast “Disidencias por dentro” de Akorde Media y la Fundación CORE. Localizado en el siguiente sitio web: https://www.spreaker.com/podcast/disidencias-por-dentro–6412059. Última visita realizada el 26 de febrero de 2025.
[3] Ríos, Jerónimo (2024): “¿Paz Total? Negociaciones…”.
[4] Cueto, José Carlos (2025): “Por qué es clave el Catatumbo, la rica región de Colombia que se disputan el ELN y disidencias de las FARC y que desató una crisis humanitaria” en BBC News Mundo (24 de enero de 2025). Localizado en el siguiente sitio web: https://www.bbc.com/mundo/articles/cwyev560zgxo. Última visita el 26 de febrero de 2025.
[5] Según datos de ACNUR a 18 de febrero de 2025, se cuentan más de 80.000 afectados, de los cuales unos 52.000 son desplazados, unas 19.000 han sufrido restricciones a su libertad de movimiento y unas 8.600 viven confinamientos forzados por el ELN y el Frente 33 (https://www.acnur.org/es-es/node/27304#:~:text=Colombia%20es%20uno%20de%20los,el%20Catatumbo%20siguen%20siendo%20urgentes. Última visita el 26 de febrero de 2025.
[6] Redacción Colombia +20 (2024): “Lo que debe saber del grupo armado separado de Iván Márquez que negocia con el Gobierno” en El Espectador (27 de noviembre de 2024). Localizado en el siguiente sitio web: https://www.elespectador.com/colombia-20/paz-y-memoria/petro-y-disidencias-que-es-la-coordinadora-nacional-ejercito-bolivariano-grupo-separado-de-ivan-marquez/. Última visita el 26 de febrero de 2025.
[7] Cué Barberena, Ramiro (2024): “El Gobierno colombiano finaliza tregua con el EMC, aunque la mantiene con algunas facciones” en France24 (17 de julio de 2024). Localizado en el siguiente sitio web: https://www.france24.com/es/am%C3%A9rica-latina/20240717-el-gobierno-colombiano-finaliza-tregua-con-el-emc-aunque-la-mantiene-con-algunas-facciones. Última visita el 26 de febrero de 2025.